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El consomé es una preparación culinaria que se clasifica dentro de los caldos clarificados, caracterizado por su transparencia, sabor concentrado y refinamiento. Desde un punto de vista técnico, el consomé se obtiene a partir de un caldo base (que puede ser de carne, ave, pescado o vegetales) el cual es clarificado mediante una técnica que implica el uso de clarificantes naturales, como la clara de huevo, para eliminar impurezas y partículas en suspensión, resultando en un líquido cristalino y puro. Este proceso de clarificación se basa en la formación de una «raft» o costra de impurezas que se forman en la superficie, las cuales son atrapadas por la clara de huevo al coagularse, permitiendo que el caldo se filtre y clarifique.
Etimológicamente, la palabra «consomé» deriva del francés consommé, que significa «consumado» o «completado», aludiendo a la complejidad y el refinamiento del proceso de elaboración. Su primera aparición documentada en la gastronomía se remonta a los siglos XVII y XVIII en Francia, donde se consolidó como un elemento indispensable de la cocina francesa clásica. Hoy en día, el consomé mantiene una presencia significativa en la cocina profesional, siendo valorado tanto por su sabor intenso como por su versatilidad.

En la haute cuisine, el consomé se sirve frecuentemente como entrante, destacando por su capacidad para estimular el apetito. Es también la base para numerosas salsas y otras preparaciones culinarias que requieren un fondo con un sabor profundo y refinado.
En la cocina regional española, el consomé se utiliza en variantes locales, adaptándose a los ingredientes regionales como el consomé al Jerez, una preparación que incorpora vino de Jerez, típico de la gastronomía andaluza.
Las técnicas específicas de preparación involucran la cuidadosa selección de ingredientes para el caldo base, la clarificación usando clarificantes (principalmente clara de huevo mezclada con carne magra picada), y una cocción lenta y controlada que evita la agitación del líquido para no turbar la clarificación. Entre los platos emblemáticos que emplean el consomé, se encuentran el Consomé Juliana, el Consomé a la Reina, entre otros.
Las innovaciones en cocina molecular han permitido explorar nuevas texturas y presentaciones del consomé, como esferificaciones que capturan su esencia en formatos inesperados, ampliando las posibilidades creativas de este clásico.
El consomé, con su rica historia y complejidad técnica, continúa siendo un pilar de la cocina profesional, ofreciendo a los chefs un lienzo para expresar tanto la tradición como la innovación culinaria.