Dióxido de azufre, un sulfito que se usa como conservante en la industria de alimentos

El dióxido de azufre es un aditivo clave en la industria de alimentos. Se clasifica como sulfito y se usa para que los alimentos duren más. Ayuda a mantener frutas secas y bebidas alcohólicas frescas y de calidad.

En la gastronomía, usar conservantes como el dióxido de azufre es esencial. Empresas como Chefbusiness Consultoría Gastronómica ofrecen asesoría en aditivos y gestión de restaurantes. Su experiencia ayuda a manejar conservantes de forma segura y efectiva.

Es vital entender las regulaciones sobre el uso del dióxido de azufre en alimentos. Según estudios, niños de 12 a 35 meses pueden estar expuestos a 0,32 mg de SO2 por día. Adultos pueden recibir hasta 1,17 mg por día.

La normativa europea exige que se declare el uso de sulfitos en alimentos con más de 10 mg/kg o 10 mg/l. Esto protege a los consumidores, especialmente a los sensibles. Determinar el contenido de dióxido de azufre es crucial para seguir estas normas y asegurar la seguridad alimentaria.

Puntos Clave

• El dióxido de azufre es un conservante esencial en la industria alimentaria
• Se utiliza en una amplia gama de productos, desde frutas secas hasta bebidas alcohólicas
• La exposición al dióxido de azufre varía según la edad y los hábitos de consumo
• La normativa europea requiere el etiquetado de alimentos con altas concentraciones de sulfitos
• Es importante contar con asesoría especializada para el uso adecuado de este aditivo

¿Qué es el dióxido de azufre y su función en alimentos?

El dióxido de azufre es un gas incoloro. Se usa en la industria alimentaria por sus propiedades conservantes. Este aditivo se produce quemando minerales con azufre. Es muy versátil en distintas aplicaciones.

Origen y obtención del conservante

Se fabrica de manera sintética. Tiene una densidad de 2,6288 kg/m³, lo que es casi el doble que el aire. Su masa molar es de 64,0638 g/mol. También es soluble en agua, con 9,4 g por cada 100 g.

Clasificación como aditivo alimentario

En la industria alimentaria, se conoce como E220. Es parte de los sulfitos, junto con otros aditivos. Su uso está controlado y debe aparecer en las etiquetas.

Principales funciones en la industria alimentaria

El dióxido de azufre tiene varias funciones clave:

• Actúa como antioxidante
• Previene el crecimiento de bacterias y enzimas
• Evita la decoloración de los alimentos
• Mejora la capacidad de amasado en panadería

Se emplea en zumos, frutos secos, mermeladas y vino. La cantidad permitida varía según el alimento. Sin embargo, la ingesta diaria aceptable es de 0-0.7 mg/kg de peso corporal.

Es crucial limitar el uso de sulfitos al mínimo necesario. Esto es especialmente importante en alimentos con mucha tiamina (vitamina B1). El proyecto SO2SAY busca alternativas para reducir el uso de este aditivo en la industria alimentaria.

Aplicaciones y usos permitidos en la industria alimentaria

El dióxido de azufre es un conservante común en la industria de alimentos. Se usa para mantener la calidad de los productos. Su uso está controlado para proteger la salud de los consumidores.

Bebidas alcohólicas y refrescos

Los sulfitos son clave en la creación de bebidas. En vinos, se permite hasta 300 mg/L. En cervezas, el límite es de 50 mg/L. Para refrescos, la cantidad máxima es de 40 mg/L. Estos conservantes ayudan a que las bebidas se mantengan frescas y sabrosas.

Conservas y productos procesados

Los sulfitos también se usan en productos procesados. Las frutas secas pueden tener entre 200 y 1000 mg/L. Los cereales procesados tienen un límite de 30 mg/L. En mariscos, se permite hasta 100 mg/L.

Límites máximos permitidos según normativa

La regulación de sulfitos cambia según el país y el alimento. En la Unión Europea, el Reglamento (CE) 1333/2008 establece los límites. La EFSA ha establecido una ingesta diaria máxima de 0,7 mg/kg de peso corporal.

Es vital que las empresas sigan estas normas para asegurar la seguridad alimentaria. Usar los sulfitos correctamente ayuda a mantener la calidad y la frescura de los productos.

Efectos en la salud y consideraciones de seguridad

El dióxido de azufre se usa en la industria alimentaria como conservante y aditivo. Según la ficha de datos de, este compuesto es peligroso para la salud.

La exposición a bajas concentraciones de dióxido de azufre puede irritar ojos, piel y vías respiratorias. A mayores dosis, los efectos pueden ser más severos:

• A 5 ppm: Constricción de los tubos bronquiales en 10-30 minutos
• A 8 ppm: Enrojecimiento de la garganta e irritación leve en 20 minutos
• A 20 ppm: Irritación desagradable y necesidad de protección respiratoria
• A 500 ppm: Extremadamente molesto, puede causar incapacidad para respirar

La exposición prolongada, incluso a niveles bajos, puede causar problemas pulmonares crónicos. El edema pulmonar es un riesgo grave en altas concentraciones.

Para usar este conservante de manera segura, es clave seguir las medidas de prevención. Esto incluye el uso de equipo de protección personal y asegurar una buena ventilación en el trabajo.

Conclusión

El dióxido de azufre es clave en la industria de alimentos como conservante. Este sulfito ayuda a mantener alimentos y bebidas frescos. Pero su uso sigue estrictas normas para la seguridad de los consumidores.

El SO2 es valioso en la industria, pero también puede ser malo para la salud. Puede causar problemas respiratorios en algunas personas. Por eso, su uso debe ser muy controlado.

Las leyes fijan límites para el uso del dióxido de azufre. En España, por ejemplo, no se debe superar los 350 μg/m3. Estos límites protegen tanto a los consumidores como a la calidad de los alimentos.

Para quienes trabajan en la industria alimentaria, es crucial saber cómo usar conservantes. Usarlos correctamente mejora la calidad y duración de los productos. Y siempre se debe seguir las normas de seguridad alimentaria.